Invocación a Shiva para trascender todo Karma como Acción y Resultado

Trascender el Karmana Mala

El texto indio Cidgagana Candrika, se traduce como “La Luz de la Luna en el Cielo de la Conciencia” y fue escrito por Kalidasa. Se trata de una obra profunda que ofrece varias invocaciones y referencias significativas a las deidades celestiales del panteón hindú. Una de las referencias más destacadas es sobre el Señor Shiva, también conocido como Ishvara, en el Capitulo 1 Verso 2. En este verso, Shiva es invocado como el Disipador del Karmaṇa Mala. Ello se refiere al deseo inherente de los seres humanos de hacer el bien o el mal. Esta invocación resalta la importancia de Trascender estas dualidades de la moralidad representada por Karmana Mala. Al hacerlo surge la verdadera naturaleza de Ishvara, el Señor Supremo, va más allá de las simples dicotomías humanas y sociales.

Soy Orissa Mizar, Especializada en Astrología Occidental y Ciencias Védicas y les invito a conocer más de mi AQUÍ. Desde hace 25 años me dedico a investigar acerca de los textos védicos y a enseñar el significado profundo de conceptos hinduistas.

Es importante referir que el idioma sanscrito es extenso, complejo y profundo en multitud de significados. El sanscrito esta presente en otras lenguas indias en un gran porcentaje (entre un 20% y 60%). Sin embargo, idiomas como el Hindi, Telegu o Tamil contienen multitud de palabras sanscritas. Y es importante considerar este hecho, siendo muchos textos sagrados están escrito en sanscrito pero también en otros idiomas de Bharat. 

Ishvara es el Señor del Tiempo

La naturaleza de Ishvara o Shiva también se entiende como Kala, el Señor del Tiempo. Shiva es una entidad que abarca y trasciende la Creación Triple: la visible, la sutil y la invisible. Es decir, la creación formal, espiritual y divina. Desde esta perspectiva, la divinidad no está interesada ni preocupada por las acciones humanas, sean estas buenas o malas. En lugar de ello, Shiva se centra en el cumplimiento del proceso del Karma Dharma. Este proceso es el principio de causa y efecto que rige el universo. Por ejemplo, un acto como el asesinato, considerado moralmente reprobable en la sociedad humana es parte del proceso kármico donde todas las acciones y reacciones están interconectadas.

El criminal, al ejecutar un acto malvado, estaría cumpliendo con el destino kármico de su víctima. Esa víctima que debido a su karma acumulado de vidas pasadas, debía morir de esa manera.

De este modo, el bien y el mal se revelan como constructos sociales y humanos. Esta percepción puede variar significativamente en el plano espiritual y sutil. Lo que a nivel humano es considerado un acto malvado, en términos kármicos, puede ser una justa retribución. Tal vez sea una lección necesaria para la evolución espiritual del individuo afectado. Por lo tanto, el Cidgagana Candrika nos invita a contemplar la existencia desde una perspectiva más amplia y profunda. Aquí la moralidad dualista se disuelve en la comprensión del karma y el dharma como fuerzas superiores que guían el destino y la evolución espiritual de todas las almas en el universo. Esta enseñanza nos recuerda que cada evento, independientemente de su apariencia externa, tiene un propósito y un lugar en el gran tapiz del cosmos.

Ishvara en su Aspecto Prakasa para trascender el Karmana Mala

Shiva, en su aspecto de Prakasa, representa la conciencia pura, la luz que ilumina el vacío y la esencia de lo que es. Esta interpretación de Shiva va más allá de una simple deidad. Él es visto como el Iluminador que disuelve las limitaciones kármicas, conocidas como Karmaṇa Mala. Trascender el Karmala Mala consisten en tracendeer las experiencias de buenas y malas acciones (Subhasubha Anustanarupa) que atormentan a los seres empíricos.

La adoración de Shiva busca liberar a los individuos de estas ataduras kármicas, permitiéndoles trascender las dualidades de la moralidad cotidiana. Según las enseñanzas del Advaita Vedanta, “Īśvarānugrahāteva puṃsām advaitavāsanā” que se traduce como “la impresión de no-dualidad” se logra sólo con la gracia de Dios. Esto significa que solo a través de la gracia de Shiva se puede alcanzar la verdadera comprensión de la no-dualidad. Y esto lleva a un estado de unidad y realización espiritual más allá de las dualidades de bien y mal.

Shiva el Iluminador de los 3 Mundos

Shiva, como el iluminador de los tres mundos, desempeña un papel crucial en la Cosmología Hindú.

El primer mundo que ilumina es el mundo denso, el plano físico donde habitan la Tierra, las montañas, los seres humanos y otros elementos tangibles. Este es el mundo que percibimos directamente con nuestros sentidos, donde las acciones y reacciones kármicas son más evidentes y palpables. El segundo mundo es el sutil, compuesto por los cinco tanmātras (sonido, tacto, forma, gusto y olor) y los Pañcha Bhutas (éter, aire, fuego, agua y tierra) que son los elementos básicos de la percepción y existencia. En este mundo, Shiva ilumina las interacciones y experiencias sensoriales. Lord Shiva guía a los seres a través de sus percepciones y ayuda a comprender la naturaleza de la realidad sutil que subyace a lo aparente.

El tercer mundo, el más sutil de todos, es la forma no manifiesta del universo. Se trata de una realidad que solo puede ser entendida a través de las escrituras sagradas (śāstras) y los medios de conocimiento válidos (pramāṇas).

Este nivel de existencia es el dominio de lo inefable y lo trascendental. Aquí es donde Shiva actúa como la luz que guía a los buscadores espirituales hacia una comprensión más profunda y más allá de la manifestación física y sutil. En este mundo, las dualidades de la experiencia humana se disuelven, revelando la unidad subyacente de toda la existencia.

A través de la meditación y la devoción a Shiva, los practicantes pueden obtener la sabiduría necesaria para percibir esta realidad no manifiesta, comprendiendo que la verdadera naturaleza del universo es una de interconexión y no-dualidad. Así, Shiva, como Prakasa, ilumina todos los niveles de la existencia, desde lo denso hasta lo sutil y lo no manifiesto, guiando a las almas hacia la liberación final y la unión con lo divino.

Shiva y la Liberación Paulatina

Shiva es la encarnación misma del conocimiento, representando la máxima realización de la sabiduría y la auto-comprensión. Su actividad primordial es la creación de Vimarśa Śakti, que se traduce como la potencia de la autorreflexión, donde se cultiva la conciencia del “yo” (aham). Este acto de autorreflexión no es simplemente un proceso intelectual, sino una profunda introspección que lleva al individuo a comprender su verdadera esencia más allá de las apariencias superficiales. La invocación a Shiva tiene como propósito eliminar la ignorancia, la cual surge de las limitaciones kármicas adquiridas a lo largo de las vidas. Es decir trascender el Karmana Mala.

Estas limitaciones nublan la percepción de la realidad, impidiendo que los seres humanos vean su verdadera naturaleza.

A través de la devoción y la práctica espiritual, Shiva guía a los individuos en el Krama Mukti. Al trascender el Karmana Mala y ser guiados por el sendero conectamos con la liberación gradual. Este camino implica un progreso ordenado que lleva al practicante desde el yo empírico.

El yo empírico está asociado con el ego y las identificaciones mundanas. Así somos conducidos desde el Yo emprírico hasta el yo universal, la conciencia suprema. En este proceso de liberación diferida, se experimenta una transformación progresiva que libera al individuo de las ataduras del ego, permitiéndole alcanzar un estado de unión con la conciencia suprema. Así, Shiva no solo elimina la ignorancia, sino que también proporciona la guía necesaria para que cada ser avance en su camino espiritual hacia la liberación y la realización última de su verdadera naturaleza.

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